EN ESTE MUNDO

Aprendiendo a soñar cada mañana, aunque al despertar los ojos se abran al mundo. Y no puedo olvidar que una vez la vida me pareció mucho más hermosa que hoy. Ese recuerdo me hace buscarlo, entre mis sueños, entre tus manos, o en mis entrañas

23 ene 2009

Un momento cualquiera

Olvidando es como a veces adormezco el alma, como consigo que viva en una paz, más bien ficticia, pero paz, que es lo que tanto ansío.

Adormecer el espíritu no es tan fácil, ni tan sencillo, ni siquiera es tan buen método para olvidar esas penas que se agarran al alma con todas sus uñas, sin querer soltarla, aferrándose a algo que late, para seguir vivas.

Algunos días la serenidad es posible, y mi corazón descansa por un rato, encontrando una armonía en esta pequeña locura que está envolviéndolo todo, pero otros días, cuando el espejo no lo puedo evitar con sólo dejar de mirarlo, esa serenidad se tambalea y pierde ese eje que está ayudando a mantener a flote mi vida.

En realidad no me puedo quejar, no demasiado al menos, aún sigo aquí, aún no estoy loca, y aparentemente estoy aprendiendo.

Pero entonces, ¿porqué no me siento contenta?, ¿porqué la insatisfacción es ya una compañera casi de a diario y apenas me siento contenta?

Tal vez sea el dolor, por mi boca, por mi niña, y la incertidumbre de saber si habrá un sitio al que llegar alguna vez.
Pero aquí sigo, y al parecer no tengo deseos de marcharme, debo creer en algo, ¿no?

1 comentario:

  1. Tuve una época así, bastante larga, años... y me pasaba eso que explicas tan bien aquí. Como dice Serrat: de vez en cuando la vida, toma con uno el café...
    Después un día todo se solucionó, parecía milagro, la cinta se desató sola y me dí cuenta que por eso y para eso vine a esta vida.

    ResponderEliminar

Dejaron su sueño